Desmitificando la maldición del suéter
El tejido es un arte que se ha transmitido, en su mayoría, como una tradición heredada a nuevas generaciones. Much@s de nosotr@s aprendimos de nuestr@s madres, tías y abuelas a transformar el estambre en puntos y los puntos en prendas y objetos.
Así como la técnica y los detalles, de la tradición de tejer también heredamos las creencias y supersticiones que han sido parte de esta disciplina y que hoy en día seguimos intentando observar (no vaiga a ser).
Sabemos, por ejemplo, que si quieres evitar la mala suerte, nunca debes clavar las agujas en la madeja o terminar una prenda de noche, sabemos que si estás tejiendo unos calcetines debes iniciar el segundo inmediatamente después del primero para no dejar las agujas vacías, sabemos que NUNCA debes iniciar un proyecto en martes si lo quieres terminar; y de la que hablaremos en esta ocasión, no le tejas a tu novio si no quieres cortar con él.
Una encuesta realizada por la revista Knitter’s View, dice que el 15% de las personas que tejen han experimentado de primera mano el llamado ‘Boyfriend sweater curse’ y 41% dijo haber escuchado o conocido un caso en el que la maldición de tejer para tu enamorad@ había terminado con la relación.
Más allá de debatir si la suerte existe o no, es un hecho que cualquier regalo a mano tiene características muy especiales: requiere de mucha dedicación para terminarlo, tiempo, que en estos días es el lujo máximo y dinero invertido en materiales de la mejor calidad.
Investigamos el tema de manera más profunda y creemos que quizá la maldición de tejerle al novio no es una cosa supersticiosa, sino una serie de factores que explicados desde el sentido común, tienen mucho sentido.
En el libro ‘The curse of the boyfriend sweater’ Alanna Okun nos hizo reflexionar sobre una idea. Hemos hablado mucho sobre cómo tejer es un acto de amor y cómo una pieza tejida a mano para una persona es especial por todo la energía que hay entre cada puntada, pero es también un regalo que no todas las personas saben cómo recibir.
Al crear una prenda para una persona y entregársela, no sólo le estás haciendo un regalo, también le estás dando algo de tí, le estás pidiendo que te lleve consigo y que piense en tí cuando no estás, es un acto de amor, sin duda, pero también aceptar el regalo es un acto de amor.
Después de pensar y darle algunas vueltas (10 de derecho y 10 de revés), concluímos que quizá tejerle a tu novi@ no es una maldición, quizá sólo tuviste el tiempo de meditar entre puntadas que no era la persona para ti, o esa persona se dio cuenta que no está lista para corresponder el compromiso que tú estás poniendo en la relación, o tejiendo te diste cuenta que te gusta más tejer que tu novi@, quizá pusiste alguna expectativa en su reacción y la realidad te decepcionó al sentir que no valoró tu regalo, quizá en verdad no valoró tu regaló y eso te rompió el corazón, o simplemente el suéter tomó demasiado tiempo y se cayeron mal antes de que pudieras terminar de tejer.
Las letras chiquitas de esta tradición, dicen que si quieres tejerle algo a tu novi@, empieces por algo pequeño, un gorro, unos guantes, ya así queriéndole un montón, hasta una bufanda, pero que empieces por lo pequeño y ya que se comprometan, vivan juntos o se casen, le tejas lo que quieras. Hoy en día, a muchas personas este pensamiento les podría sonar por demás rancio y pasado de moda, pero si lo pensamos bien, tal vez detrás de esta ‘maldición’ está un consejo que además de sabio y amoroso está siempre vigente: cuida tu corazón, construye poco a poco, no apresures ni forces las cosas, cuida tus expectativas, sé muy muy cuidados@ de a quién le entregas tu amor y cuando estés segur@, date con todo.
¿Ustedes qué opinan? ¿Le han tejido a sus novi@s? Nos morimos por escucharlas, conéctense este lunes 15 de febrero en punto de las 7 a nuestro live y cuéntenos su chisme, estaremos tejiendo el chal ‘Abrazo’ para que se lo regalen a alguien que amen (y que lo valore, jaja).
Texto por: @balbitat