Conoce a Andrea_Madeja Jaja
Queremos presentarles a Andrea, a quien quizá recuerden de nuestros talleres y nuestros lives. Andrea es una amiga entrañable, es diseñadora industrial de formación con una Maestría en Artes Visuales, mexicana, mamá -y actualmente maestra- de dos niños de 5 y 7 años, es una apasionada del diseño y el arte y vive en una relación amor/odio con nuestra Ciudad de México, (we feel you, sista.)
Andrea ha sido inquieta con las manos desde pequeña, aprendió a tejer de adolescente, pero exploró esta disciplina y desarrolló esta habilidad hasta que llegó a la universidad. Tejer dejó de ser un hobby y hoy se ha convertido en su forma de ganarse la vida. Hoy por hoy, es socia de Madeja Jaja y para ella, este es un espacio experimental que le permite aterrizar su creatividad y explorar distintas formas de hacer arte.
¿Cómo llegaste a Madeja Jaja?
Trabajé mucho tiempo en museos y en despachos arquitectónicos, pero los textiles nunca dejaron de estar ahí. Siempre tenía en el imaginario hacer hacer algo formal pero no se concertaba nada. Tuve a mis hijos y cuando llegaron al kinder, me reencontré con @edith_madejajaja.
Platicando, compartimos nuestro gusto por tejer y coincidentemente las dos teníamos ideas muy similares sobre proyectos que queríamos hacer o ya estábamos haciendo, entre ellos, un libro sobre todo el movimiento de personas que ven estas técnicas desde otra perspectiva. Me acerqué a Edith para proponerle que trabajáramos juntas en el libro, la ví muy en mi misma sintonía y nos dimos cuenta que podíamos trabajar bien juntas, y ahí fue cuando ella me invitó a unirme a Madeja Jaja, un proyecto en el que ella ya llevaba un camino muy avanzado
Cuando empezamos darle formalidad al proyecto, nos dimos cuenta que lo que estábamos haciendo encajaba muy bien a una tendencia de “desacelerar” nuestra vida que pone como prioridad darle valor a lo hecho a mano o ser más consciente con nuestras decisiones con el planeta (como el slow fashion o el slow food). Si entendemos que ahora “tener tiempo” es el lujo máximo, tejer, bordar o otras actividades manuales que nos impliquen dejar nuestra acelerada vida, son una decisión consciente que nos regala pequeños logros sumamente reconfortantes. Tejer te da mucho más que hacerte tu bufanda, te da una sensación de realización, un sentido de logro personal que resulta altamente gratificante.
¿Cómo empezaste a tejer?
Soy mayormente autodidacta, aprendí los básicos de bordar en campamentos y talleres de la infancia y a tejer me enseñó mi abuela. Lo retomé a mis 20s para pasar más tiempo con ella, junto con todos mis primos (curiosamente los que mejor tejían eran hombres), pero yo fui la única que le di seguimiento. Cuando hice la Maestría que me encontré con una clase de Arte Textil, y a partir de ese momento no he dejado de tejer. Mi tejido era más bien experimental, nunca me había latido hacer bufandas y menos chambrita (¡#noeseltejidodetuabuelita!). Hice varias piezas más en la onda artística que no pasaron de la clase, pero la espinita me quedó.
¿Cuál es tu técnica favorita?
El gancho porque es muy versátil, porque puedes hacer cosas en 3D, cosas útiles, además de prendas.
¿Qué has aprendido tejiendo?
Tejiendo he aprendido a tomarme el tiempo para sacar ideas de mi cabeza y materializarlas, para mi tejer es una salida creativa. En estos últimos años, también lo he aprendido a hacer compartiendo, antes lo hacía muy intermitente y con proyectos muy personales. Creo que me falta mucho por aprender (técnicamente) pero hasta ahora ha sido una forma de expresarme.
A nivel racional, el tejido tiene muchísimas implicaciones matemáticas, existe mucha lógica detrás de esta disciplina, hay muchas partes de tu cabeza trabajando. Desde otra perspectiva, tejer es una forma de hacer comunidad, de materializar una intención de amor, o el amor mismo, porque cuando haces algo para alguien le das tal cual un cachito de tí, de tu energía.
Regresando a la idea de que el tiempo es el mayor de los lujos al que puedes acceder estos días, al tejer o bordar estás dedicando parte de tu tiempo y eso me parece súper valioso.
¿Por qué tejer es importante?
Vivimos en un mundo donde necesitas una manera de canalizar tu ansiedad y durante la pandemia mucha gente se ha acercado a nosotros buscando esto. Aunque Madeja ya es mi chamba y tengo que hacer excels y administración, creo que Madeja es un proyecto que va a trascender este momento porque implica más que sólo pasar el rato. Tejer y bordar son herramientas poderosas en muchos sentidos. Lo podría resumir en que da paz, el hilo siempre se va a enredar en algún punto pero con paciencia se deshace ese nudo.
¿Qué escuchas, ves, haces, mientras tejes?
Casi tiempo escucho mi cabeza y platico conmigo, últimamente descubrí los audiolibros y me pareció el combo perfecto, me encanta la novela y me pasa que una vez que me gusta un autor, trato de escuchar todo lo que encuentro. Ahorita acabo de escuchar tres de Guadalupe Nettel, y me gustó mucho El Huésped.
¿Cuéntanos de los patrones y kits que han hecho para Madeja Jaja?
Pues, la realidad es que siempre fui de intervenir mi ropa bordada y me hacía yo mis cosas tejidas muuuuy empíricamente. Antes de entrar a la universidad tomé un curso de diseño de modas y aunque estudié Diseño Industrial tomé varias clases de patronaje y textiles.
Realmente hasta que llegué a Madeja Jaja, he podido dedicarle más tiempo a hacer diseño de prendas y accesorios. Me gustan los patrones sencillos y siempre trabajo pensando en cosas que gente sin mucho conocimiento puedan hacer y se vean cool.
Sigan a Andrea en su IG como: @andrea_madejajaja